2016
Hija del aire
Hija del aire
con alas de terciopelo,
retozas y coqueteas donairosa
en las albas flores del samán.
En el claro día
traes en miríadas,
la alegría, la esperanza,
en tu vuelo casi musical.
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​
Mariposa azul
que me hiciste poeta
volando libre en el jardín
de los sueños.
Dile al viento muy quedo,
que a mi ventana
te quedaste prendida y,
en mis versos
inmortalicé tu vuelo.
​
Suleika
La Palabra
Un pensamiento persiste
cuando soy yo quien escribe
en la soledad del viento.
El abecedario se desgrana
como pétalos del aire,
los versos huyen
enredados en las sombras.
La palabra hoy
no fluye vivaz y dulce,
se ha quedado dormida
en los pliegues de tu alma.
​
Suleika
¿Quién Soy?
La página de espacios blancos
donde los silencios tienen voz,
las mariposas aladas
se visten de primavera
mientras la gata ronronea al amor.
Jirón de luz
de una rubia estrella
realizadora de belleza
sacude aprisa la sonrisa
regalo a la vida,
cabalga en los ijares del abecedario,
música, poema y voz
cálido remanso.
Amorosa sombra del Samán
viajera de sueños azules
revolotean en el viento
en dulce círculo que abraza.
Ese pequeño Sakura
en la brisa suave y vaporosa
esparce amor y ternura
dejando huella invisible
cual crepúsculo de oro
que perdura en la retina y corazón.
Deseo ser… Ananké,
hasta el último recodo de la vida
caminar eternamente
¡entrelazados!
Suleika
Vestido de Otoño
Adolescente de sesenta,
aún no me visto de otoño,
palpo en el aire los perfumes de la vida,
tengo el corazón sin arrugas,
las he alisado con los vapores del amor.
Como regalo de viaje
un espíritu ardoroso,
una risa cantarina,
los cabellos de trigo maduro,
y mis ojos de azúcar quemada
acarician la punta del alma
en los cielos que cantan.
En las páginas vetustas del libro de la vida,
donde nace el manantial de las palabras
convirtiéndose en cuentos y poemas,
fecundé mil sueños,
un quizás, un mañana,
al esplendor de la vida,
desplegué las alas
y al repique de campanas
volaron mis pasos,
– floreció el amor - .
En el murmullo del viento
su voz grave, aterciopelada,
acarició mis oídos,
y como sombra amante
me así a su costado.
En la magia de los sueños,
al soplo del cielo,
se trenzaron nuestros destinos,
la historia de mi vida sería incompleta,
Si no estuviesen
infinitamente adheridas nuestras almas.
Suleika